A MODO DE INTRODUCCION
No creo en la gratificación instantánea, ya sea para apaciguar las aguas intranquilas del turbulento mar de las emociones, que a veces nos invaden con demasiada frecuencia en este convulsionado tercer milenio que comienza.
Tampoco creo en la gratificación instantánea que te permita sentirte "Groovy", como en los mejores tiempos de la "Etica Estética" del movimiento Hippy de los sesenta.
Insisto, no creo en la gratificación instantánea, aunque a veces una palabra de aliento, una buena compañia, una buena noticia, o incluso una oración o meditación tengan un valor parecido, y permitan que mis emociones encuentren la orientación adecuada.
Hiking a Lencanto
Son muchas las experiencias que giran en torno a la zona, también, son muchos los años que han transcurrido desde aquella primera vez en que llegué al lugar. Es posible que se haya convertido en una obsesión. Algunas conversaciones que he tenido sobre el tema así también lo sostienen, de modo que he comenzado a creerlo firmemente. Sin embargo estoy en lo cierto que es esta obsesión la que me liga más firmemente a mis raíces familiares y profundamente más vitales.
Son demasiadas las experiencias que han ido labrando en mis entrañas todo tipo de emociones, construyendo la estructura de lo que ahora soy. Creo firmemente que al final del camino encontraré algo que valga la pena, aunque también admito que recorrer el camino así tal cual es ha sido siempre enormemente gratificante, y ahora admito, ha sido una forma de vida propia.
Creo también que recorrer el camino, al menos este camino sí vale la pena, puede que este sea largo y sinuoso, me haya encontrado innumerables obstáculos, incluso me haya tomado muchísimo tiempo recorrerlo, pero al final de él, si llego a recibir el premio, bien vale la pena continuar esta aventura.
Pocas cosas que dan placer y que perduran sustentablemente en el tiempo se obtienen gracias a la gratificación instantánea. Más bien, la experiencia me enseña que esa gratificación instantánea, es una de las principales quimeras que nos ha llevado a intensos dolores de cabeza a gran parte de la humanidad, alguna vez creo haberme incluido también en eso, ahora creo, ciertamente haberme ya mejorado.
Creo que esta sola declaración íntima a mi persona hace que me acerque algo más a lo que yo creo que podría ser la madurez en mi medianía de edad, incluso diría, ahora más real y más auténtica, aún cuando me sienta profundamente solo, acompañado solamente con mis sentimientos, pensamientos y la inmensidad de la naturaleza, creo que la final del camino, si he perseverado, sentiré un sentimiento que me acerque a la felicidad, y que me haga gozar del bien.
Quizás se pueda pensar que es una visión algo sombría y deprimente, sin embargo, basta con volver del retiro en solitario al cálido seno familiar y, escuchar a tus seres queridos, reanudar tus rutinas diarias para darte cuenta que tu vida se ha enriquecido, y que indudablemente te sientes más grande ahora que antes.
